El exterior del lavatorio puede limpiarse con un jabón multiuso líquido, aplicándolo con un paño humedecido, una toalla desinfectante desechable o un producto especialmente formulado para este propósito, como los paños de microfibra o poliseda. Es importante que se refriegue bien, ya que ésta es la única manera de eliminar los gérmenes acumulados en el lavatorio. Ante la menor duda, se aconseja probar el producto de antemano para determinar que sea efectivo sin causar daño. Al concluir, enjuagar de nuevo con agua caliente y pasar un paño seco. Para la instalación: aplicar silicona fungicida en las juntas, para evitar acumulación de impurezas; también es necesario comprar uñas de sujeción, desagüe y trampa; verificar que la pared en donde se va a instalar esté nivelada.